Un olor, un gusto, un tacto. Esas cosas que pueden llevarnos al pasado que más nos duele de golpe, sin previo aviso. No quiero dejar todo atrás ni olvidar lo que paso. Pero no quiero seguir reviviendolo, no más. No quiero llorar más por repetir errores del pasado. Soy estupida, soy impulsiva, no pienso. Lo sé, y probablemente merezca lo que me pasa, porque yo solita me busco los problemas. Hoy después de tanto tiempo volvi a sentir ese dolor anestesiante, volvi a hacerme bien lastimandome, casi sin darme cuenta. Revolver el pasado, inconscientemente, me llevo a revivirlo. Y ahora estoy llorando de odio hacía mi misma, de impotencia por saber que hay cosas que no debo hacer e igual hago, de bronca por ser una gorda, de desesperación por no poder ver un final de esto, de miedo a que esto no termine nunca. De saber que nunca va a llegar el día en que me mire al espejo y no odie cada centimetro de mi cuerpo. Hoy estoy en esos días en que compruebo, una vez más, que toda mi felicidad y estabilidad son inventos mios, son parte de una realidad que me inventó para ocultar lo que realmente pasa de mi y de los demás.
