lunes, 18 de enero de 2010


No quiero pensar más, no quiero ser consciente de estar viva. Miró por la ventana, pero no, esta noche no esta la luna para hacerme compañía. Vos no te conectas, y en cientos de contactos, al único que le quiero hablar es a vos. ¿Es tan díficil que me lo digas y ya? Decilo. Ya no me queres como antes, ya me estoy convirtiendo en una pesada que no podes usar como antes. Y lo peor, es que no es porque yo te impida que me uses, sino por razones ajenas a mi. Me cuesta reconocerme en esto que soy. Yo, que siempre me la di de independiente, de madura, de insensible, me encuentro dispuesta a dejar todo mi orgullo, todo por vos. Y no creo que vos sientas lo mismo. Yo puedo ser la mala de la pelicula, la metecuernos, pero también soy la que más sufre, la que más ama. Porque de la nada desarrolle este otro yo, este yo dependiente que te necesita para vivir, que ama hasta que le duele. Seamos objetivos. Mi lento suicidio se volvió voluntario cuando todo estuvo mal con vos. Y es así, cada momento malo en la relación, es un momento malo para mi como persona. Me duele admitirlo, pero si lo pienso friamente, si. "Nunca fui dependiente de mi, más bien lo fui de ti". ¡Con cuánta liviandad dije esta frase antes! Y ahora que es verdad, comprendo una pequeña parte de lo que implica. Me doy cuenta de lo muerta que estoy, cuando no estoy con vos, hablandote, besandote, acariciandote. Me doy cuenta que por más que trate de evitarlo, termine teniendo una relación enfermiza, dependiente, que de a poco me está matando. Me doy cuenta que tengo que terminar con esto. Pero ¿y si no quiero?

No hay comentarios:

Publicar un comentario